La
historia de la escritura en Gran Bretaña comienza con los anglosajones en el
siglo V de nuestra era. Con vínculos con los países escandinavos y otras
culturas del Mar del Norte, la antigua escritura anglosajona, llamada futhorc, era un lenguaje rúnico. Nuevas runas se
añadieron de forma rutinaria tal que, a pesar de que apareció por primera vez
en Inglaterra con 26 caracteres, en el momento de su desaparición (en el siglo
11 d.C.) contaba con 33.
Los
griegos construyeron el alfabeto sobre el fenicio; eso sí, añadiendo vocales en
algún momento alrededor del año 750 antes de Cristo. Considerado el primer
verdadero alfabeto, más tarde utilizado por los latinos (quienes llegarían a
ser los romanos) que lo combinaron con notables caracteres etruscos, entre
ellos las letras "F" y "S". Aunque el antiguo latín omite
las letras G, J, V (o U), W, Y y Z; aproximadamente, en el siglo III, el alfabeto
romano se veía muy similar al inglés que contenía todas las letras excepto J, U
(o V) y W.